El diafragma es un dispositivo que le provee al objetivo la capacidad de regular la cantidad de
luz que entra a la cámara. Suele ser un disco o sistema de aletas dispuesto en
el objetivo de una cámara, de forma tal que limita la cantidad luz que
llega hacia el medio fotosensible en la cámara, generalmente de forma
ajustable. Las progresivas variaciones de abertura del diafragma se denominan apertura, y se especifican mediante el número f, que es la relación entre la
longitud focal y el diámetro de abertura efectivo.
Historia
El diafragma es la parte de la cámara que determina el tamaño de
la abertura. En su forma más elemental, vista en las cámaras más antiguas, no
era más que una placa perforada de diámetro fijo. Posteriormente, se adoptó un
sistema consistente en un grupo de placas perforadas con distintos diámetros en
forma de disco circular, que permitían variar la apertura mediante el cambio de
dichos discos en frente del objetivo. Finalmente, el diafragma evolucionó hacia
su estructura actual, que consiste en un conjunto de aletas, generalmente
metálicas, que se mueven hacia adentro o hacia afuera, formando con sus
extremos un agujero poligonal, cuyo diámetro define el valor de apertura; los
más modernos utilizan aletas con perfil redondeado, lo cual produce un efecto
más armónico en el desenfoque de la imagen resultante.
Diafragma
y número f
La
capacidad que tiene un objetivo para dejar pasar la luz se denomina luminosidad. Una de las maneras
de indicar esta luminosidad es mediante la letra f que se define como la
división de la distancia focal del objetivo por el diámetro de la
abertura efectiva. Esta relación da lugar a una escala normalizada en progresión
de: 1 - 1,4 - 2 - 2,8
- 4 - 5,6 - 8 - 11 - 16 - 22 - 32 - 45 etc. El salto de un valor al siguiente
se llama paso. El valor mínimo
que puede tener el número f es 0,3. Aunque este valor es inalcanzable en la
práctica.
Estrictamente hablando, el número f no depende de la distancia
focal del objetivo, sino de la distancia a la que está el centro óptico (el
nodo único de una lente delgada con la misma potencia que el objetivo) de la
imagen que forma. Cuando el objetivo está enfocado "a infinito" esta
distancia resulta ser la inversa de la potencia del objetivo (distancia focal).
Por tanto al enfocar a otras distancias la luminosidad cambia, reduciéndose.
Esta variación está minimizada para que quede dentro de un tercio de paso de la
luminosidad teórica aportada por el número f. En cine sí se tiene en cuenta
esta variación y se emplean dos números para indicar la luminosidad: el f y el
t. El f es calculado y sirve para determinar la profundidad de campo. El t es
el número f teóricamente correspondiente a la luminosidad real medida. Estos
números no suelen diferir en más de un tercio de paso.
Diafragma
y profundidad de campo
El
diafragma afecta en gran medida la profundidad
de campo. Cuanto más cerrado esté (mayor número f), mayor será la profundidad
de campo. Cuanto más abierto esté (menor número f) más pequeña es la profundidad
de campo. Este comportamiento es debido a que el ángulo que forman los extremos
del diafragma con el punto en el plano enfocado con un f cerrado será un ángulo
estrecho y permitirá posicionar los círculos de confusión en posiciones más
alejadas del plano de enfoque tanto por delante como por detrás aumentando el
espacio que se ve apreciablemente nítido.
Diafragma
y nitidez
El tiene
consecuencias directas también en la nitidez de la imagen. Con aberturas pequeñas
(número f alto) la difracción aumenta afectando negativamente la
nitidez. Con aberturas grandes se obtiene mayor nitidez pero en un área más
limitada, debido a la pérdida de profundidad de campo. Aunque en teoría debería
conseguirse mayor nitidez con aberturas grandes, en la práctica esto no es así,
pues a aberturas mayores (número f pequeño), las limitaciones de diseño del
objetivo conocidas como aberraciones, sobre todo las cromáticas, dominan sobre
la abertura amplia y la nitidez empeora. Para objetivos antiguos, una regla
práctica para obtener buena nitidez es situar la apertura de f/8 a f/11, con lo
que además se consigue una buena profundidad de campo. Los objetivos más
modernos suelen tener elementos múltiples y lentes especiales que corrigen las
aberraciones, lo cual permite lograr mayor nitidez a números f más bajos,
generalmente entre f/5.6 y f/6.3. El valor óptimo del número f para máxima
nitidez es una característica propia de cada objetivo que los fabricantes no
suelen publicar, pero que puede obtenerse haciendo pruebas a diferentes
aperturas. Al punto óptimo de nitidez de un objetivo se le denomina "punto
dulce".
Apertura del diafragma, valores ISO y la exposición en la grabación de vídeo
Siguiendo con
los ajustes que afectan a la calidad final del vídeo con cámaras réflex vamos a
hablar sobre la apertura del
diafragma, la exposición y los valores ISO.
Aquí,
vuestra experiencia en fotografía hace que prácticamente ya sepáis lo que
debéis hacer. Y es que, si hay una ventaja para el fotógrafo que se introduce
en el mundo de la grabación de vídeo, es su conocimiento sobre como la luz
afecta a las imágenes.
La apertura del diafragma y los valores ISO
El diafragma ya
sabemos que nos permite controlar
la cantidad de luz que entra o no al sensor. Además, la apertura es
inversamente proporcional a la profundidad de campo. Así, cuanto más abierto
esté menor profundidad y viceversa.
Con la
apertura de diafragma podremos jugar también a la hora de grabar vídeo, lo
único que tenemos que tener en cuenta es que, según lo abramos o cerremos, no
podremos compensar con un mayor o menor tiempo de exposición como haríamos en
fotografía. Por tanto, si una vez fijada la velocidad de obturación y apertura
de diafragma la escena está oscura tendremos que variar otros parámetros como
los valores ISO para compensar.
El problema
es que si aumentamos excesivamente los valores ISO estaremos metiendo demasiado ruido a
nuestros vídeo. Por lo que mejor contar con alguna fuente de luz continua. Pero
en el caso de no disponer de ella y necesitar variar los valores ISO hay una serie de detalles a tener en
cuenta.
Lo primero
es usar siempre múltiplos de
valores ISO nativos. Es decir, si nuestra
cámara es una Nikon podremos usar ISO 100, 200,
300, etc… sin pasar de 800. En Canon serían valores ISOmúltiplos
de 160 (160, 320, 480,…) y así igual con el resto de marcas.
Y como
hemos dicho, siempre intentando no superar el valor ISO 800. Valor que podríamos definir como
máximo ya que a partir de ahí el ruido en el vídeo será excesivo. A
continuación veréis un vídeo que a pesar de comparar el ruido en vídeo de dos
cámaras Canon es suficientemente aclaratorio para ver como, según aumentamos la ISO también lo hace el ruido en el vídeo.
La exposición
Debido a que la
grabación de vídeo no cuenta con un formato tipo RAW en el que no sufrimos compresión y
mantenemos toda la info posible es importante cuidar la exposición.
Ya que, correguir zonas sobreexpuestas o subexpuestas no será tan sencillo.
Normalmente
los vídeos en exteriores suelen quedar sobre expuestos. Para evitarlo es
interesante hacer uso de filtros de densidad neutra. En el interior, ocurre al
contrario y la mayoría de vídeos quedan subexpuestos por lo que ahí aun siendo
aconsejable el uso del filtro nos requerirá una iluminación adicional.
Por último,
pese a buscar una exposición correcta es interesante instalar perfiles de color
planos que nos permiten una mejor posproducción. Uno de los más usados es el perfil Techinicolor,
sólo disponible para cámaras HDSLR Canon. La
finalidad es conseguir el mayor rango dinámico posible.
Si no fuese
posible su instalación entonces modificaríamos uno de los perfiles de forma
manual para que quede lo más neutro
posible e incluso con un tono “grisáceo” en la imagen (bajando contraste y saturación). No
os preocupéis, en posproducción con el uso de esos perfiles o modificaciones
podremos tocar la imagen y conseguir un resultado magnífico.
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