Para el cine, conseguir un buen sonido directo, no es una alternativa, es una necesidad. Ya que no se suele disponer muchas veces de otras oportunidades, para reconstruir la banda sonora.
Conscientes de que el registro de sonido directo es una de las fases más críticas del rodaje y que ya que no puede repetirse en muchas ocasiones, ofreceremos a continuación diez consejos prácticos que le ayudarán a conseguir un buen sonido directo a aquellos que se inician en esta labor.
1. Prepara con antelación todo el equipo.
El sonido directo es el que se graba en el mismo momento en que se rueda la acción por parte de la cámara. Puede ser utilizado o no posteriormente en el montaje (se puede sustituir con voces dobladas o con efectos sala), o apoyarse con otros sonidos. Tal vez sea el proceso más sencillo de efectuar dentro de todos los que supone la creación de la banda sonora, pero también el más crítico, ya que de haber algún defecto no es posible repetirlo y sólo queda recurrir al doblaje o la reconstrucción posterior en estudio.
Precisamente por ello hay que ser muy cuidadoso a la hora de grabarlo. Planifica con tiempo la lista de necesidades dependiendo del tipo de sonido que vayas a grabar.
Por lo general, vas a necesitar, como mínimo, un micrófono de condensador tipo hipercardioide. Este tipo de micrófonos ofrece alta calidad de sonido (por su característica de condensador) y una gran discriminación de sonidos que provengan de los lados del micrófono, o lo que es lo mismo, sólo se recogen con claridad las fuentes sonoras a las que el micrófono apunte. De todos modos es conveniente disponer de un par de micrófonos de las mismas características por si es necesario hacer alguna grabación en estéreo o por si queremos grabar con buena calidad dos fuentes de sonido un tanto apartadas.
Como soporte de la grabación tenemos varias posibilidades. Si vamos a rodar nuestra película en un sistema digital tipo DV o similar, podemos grabar el sonido directamente sobre la misma cinta en la que se registra la imagen. Estos grabadores tienen una calidad similar a la que ofrecían en su momento los grabadores DAT es decir, 48 kHz de resolución digital a 16 bits.
Es posible, sin embargo, que decidamos grabar el sonido de forma separada con respecto a la imagen. En estos lo más recomendable es optar por un grabador que utilice como soporte tarjetas de memoria de estado sólido ya que, una vez grabado el sonido, bastará con transferir los datos de la tarjeta, en un rápido proceso, al sistema de montaje digital que vayamos a utilizar para poder empezar a trabajar. Un grabador de este tipo con una tarjeta de 4 Gb de capacidad puede llegar a grabar tres horas de sonido en calidad DAT o seis en calidad Compact Disc, más que suficientes para completar una jornada de trabajo, pero que siempre pueden ser ampliadas adquiriendo más tarjetas.
Como complemento de nuestro equipo debemos disponer de pértigas para colocar los micrófonos. Si se va a grabar en exteriores es necesario contar con sistemas antiviento. Si la fuerza del aire es mucha, se puede rodear esa carcasa del llamado peluche, que es una especie de funda de pelo sintético que protege al micrófono de cualquier vibración.
Finalmente, hay que contar con suficientes baterías para todos los elementos que las necesiten, así como cables adaptados al tipo de grabador que vamos a utilizar. Por otra parte, para monitorizar el sonido es necesario contar con unos auriculares de buena calidad de tipo cerrado para evitar interferencias con el sonido real. Si vamos a trabajar con dos micrófonos es previsible que haya que contar con dos personas a la hora de manipularlos. Tenlo en cuenta para que todos los miembros del equipo puedan escuchar lo que se está grabando.
2. Utiliza un número de personas adecuado.
¿Cuántas personas son necesarias para grabar sonido? En realidad una sola persona podría efectuar las labores de operador de micrófono y operador de sonido con no excesiva dificultad, ya que los grabadores que hemos recomendado en el punto 1 no tienen un excesivo peso o tamaño. A pesar de ello, es conveniente que haya una separación de funciones. En primer lugar, en caso de contar con más de un micrófono es necesario que haya alguien que opere cada uno de ellos. Por otra parte, la persona encargada de controlar la grabación debería dedicarse exclusivamente a este cometido, ya que al quedar fuera de ámbito de la actuación de los operadores de micrófono puede percibir con más claridad los posibles defectos que se estén produciendo en la grabación.
A veces es el propio operador de cámara al que se encarga de monitorizar el sonido. No es una buena idea, puesto que al estar concentrado en el plano, el cámara no está atento a las incidencias de la grabación sonora. Tampoco conviene que sea el director quien monitorice el sonido por la misma razón.
3. Controla la señal.
A la hora de grabar el sonido es necesario controlar la señal. Hay que vigilar, por un lado, el volumen y, por otro, si se graba algún sonido no deseado. En lo que se refiere al volumen, es conveniente fijar un volumen de grabación que prevea cuál será la máxima potencia a grabar durante la escena para que no llegue a saturar el grabador. En el caso de que no tengamos claro cuál será esa máxima potencia es mejor optar por dejar el grabador en un volumen medio o incluso bajo, antes que arriesgarnos a que sature. Los grabadores digitales, al no introducir ruido proveniente del soporte, resisten muy bien la amplificación en postproducción.
4. Graba siempre wild tracks.
Las wild tracks (pistas salvajes o silvestres, en inglés), son aquellas pistas que se graban en la localización sin que se ruede imagen. Hay dos motivos principales por los que se puede grabar un wild track.
El primero de ellos es conseguir un sonido más limpio o cercano de una frase que un actor ha dicho anteriormente durante el rodaje de un plano. Si el actor mantiene el ritmo y la concentración que tuvo durante el rodaje es posible sustituir la grabación de los diálogos originales por los grabados en el wild track con mucha facilidad y casi sin necesidad de resincronizarlos. En este caso, el sonido es coherente con el resto del sonido del plano y no hay que hacer ajustes para compensar las diferencias acústicas del estudio con respecto a la localización como cuando se efectúa un doblaje a posteriori.
El segundo tipo de wild tracks está relacionado con el ruido de fondo que existe en toda localización aunque se encuentre aparentemente en silencio. Cuando se unen dos planos rodados en diferentes momentos en una misma localización es posible que se perciban diferencias en ese ruido de fondo entre un plano y otro. Para evitarlo, se graban en las localizaciones fragmentos largos de silencio que se colocan de fondo, en la mezcla, junto al sonido montado de un diálogo, por ejemplo, y que sirven para disimular las diferencias a las que nos estamos refiriendo.
5. Cuidado con la posición del micrófono.
Si utilizamos micrófonos hipercardioides para grabar el sonido conseguiremos que no se nos cuelen ruidos que provengan de los lados del micrófono. Esto es muy conveniente para conseguir aislar la voz de los actores de manera que pueda ser recogida con limpieza. La contrapartida es que, si el micrófono no está correctamente dirigido a la boca de los actores durante la grabación, es decir, si la boca del actor se encuentra fuera de eje, obtenemos un sonido sucio y hueco (la sensación que a veces definimos como “parece que está metido en un pozo”) que puede llegar a ser ininteligible.
6. Prepara bien las secuencias complicadas.
A la hora de grabar varios actores que hablan sucesivamente se impone una planificación y un
ensayo de las posiciones de la pértiga y el micrófono para no perder ninguna intervención. En estas situaciones se hace casi obligado utilizar, al menos, dos micrófonos. Si tenemos presupuesto suficiente podemos utilizar micrófonos individuales inalámbricos de corbata convenientemente camuflados, pero esto nos obliga a usar una mesa de control para mezclar el sonido de todos los micrófonos o a disponer de un grabador multipista para poder grabar cada micrófono por separado.
ensayo de las posiciones de la pértiga y el micrófono para no perder ninguna intervención. En estas situaciones se hace casi obligado utilizar, al menos, dos micrófonos. Si tenemos presupuesto suficiente podemos utilizar micrófonos individuales inalámbricos de corbata convenientemente camuflados, pero esto nos obliga a usar una mesa de control para mezclar el sonido de todos los micrófonos o a disponer de un grabador multipista para poder grabar cada micrófono por separado.
7. Intenta mejorar las condiciones acústicas de la localización.
En ocasiones tendrás que acondicionar acústicamente la localización para evitar que el sonido sea excesivamente reverberante. Si, por ejemplo, ruedas en un cuarto de baño amplio, el sonido resultante con las paredes desnudas puede ser confuso. Para conseguir un sonido más seco (que luego podrá ser manipulado en postproducción para añadirle la cantidad justa de reverberación) puedes utilizar cortinas gruesas o paneles de goma espuma colgados de la pared y el techo, en los espacios que queden fuera de plano. Esto mejorará las condiciones acústicas del espacio.
8. Graba todo lo que puedas, aunque no haga falta.
Muchas veces, los directores creen que determinados planos se pueden rodar sin sonido porque no hay diálogos. A este respecto hay que decir que es posible que algunos planos puedan prescindir de la grabación de sonido directo pero si, por ejemplo, hay un actor moviéndose en escena utilizando objetos diversos, aunque no hable es mejor grabar el sonido que producen sus movimientos porque, en caso contrario, es más que probable que tenga que ser reconstruido en postproducción.
Otra situación en la que puede parecer que no es necesario grabar todo el sonido es durante el rodaje de diálogos en plano / contraplano. En teoría, basta con grabar el sonido del actor que está en plano, puesto que en algún otro momento se grabará el plano correspondiente al que se encuentra en contraplano. Yo recomiendo grabar también las réplicas en contraplano con otro micrófono.
9. Especial cuidado con la claqueta.
La claqueta lleva dos informaciones, una visual escrita sobre la tabla que se filma durante unos segundos y otra auditiva que consiste en lo que conoce como “cantar la claqueta”, y que se refiere a la lectura que se hace de algunos datos que servirán para identificar el sonido del plano, junto con un golpe que debe sonar al cerrarla.
10. Respeta una buena rutina de inicio de toma.
Todos hemos visto alguna vez en alguna película un rodaje en el que el director grita algo así como “luces, cámara, acción” para volver a gritar “corten” una vez rodado el plano. Estos gritos responden a la necesidad de asegurarse de que los responsables de manejar los sistemas de captación de imagen y sonido ponen en funcionamiento la cámara y la grabadora en el momento necesario y es necesario acostumbrarse a ellos, para que todo el equipo este siempre bien sincronizado.
Estos diez consejos no agotan todos los conocimientos necesarios para conseguir un buen sonido directo, pero estoy seguro de que, respetándolos, salvarás errores que muchos principiantes cometen, precisamente porque se enfrentan por primera vez a un rodaje…
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